Štěpán Zavřel nació en 1932 en Praga. La Fundación y la Exposición están dedicadas a él; en Sàrmede – donde murió en 1999 – terminó su historia humana y artística, tejida de esperanza, sufrimiento y renacimiento.
En Praga, el joven Zavřel fue a la Facultad de Artes Cinematográficas, especializándose en las películas animadas. En 1959 dejó el País y tras una huida rocambolesca llegó a Italia, donde será acogido en el campo de refugiados de Trieste. Tras ir a la Facultad de Pintura en la Academia de Bellas Artes en Roma, Zavřel se mudó primero a Alemania, donde siguió sus estudios en escenografía y vesturario teatral en la Kunstakademie de Múnich, y luego a Londres, donde dirigió la sección de películas animadas del Estudio Richard Williams de 1965 a 1968.
Precisamente en 1968, encontró su dimensión definitiva en Rugolo (Sàrmede), donde compró una granja abandonada (que hoy en día es una casa privada, totalmente recubierta por frescos del artista) en la cual se instaló definitivamente. Su presencia actúa como catalizador para una red creativa de artistas procedentes de Centroeuropa y más allá.
Durante los años, Zavřel exhibió en galerías y museos de todo el mundo: Noruega, Suiza, Sudáfrica, Alemania, Estados Unidos, América Central, y España. En 1982 el Met (Metropolitan Museum of Art de New York) alojó una exposición de obras suyas sobre el tema Venecia mañana.
En 1983 nació, bajo su impulso, la Exposición Internacional de Ilustración para la Infancia – actualmente conocida como Le immagini della fantasia (Las imágenes de la fantasía). En 1988, a la Exposición se añade la Escuela Internacional de Ilustración.
Štěpán Zavřel convirtió este centro de tres mil personas en las colinas de Treviso en un “pueblo del cuento”, que cuenta casi cincuenta murales (suyos y de los muchos artistas de calidad mundial que pasaron por aquí) en los edificios públicos y privados de la zona. Además, en el Museo Zavřel se recogen casi ochenta de sus obras más significativas.